

La explicación fisiológica que se da a la acción de los estímulos de naturaleza luminosa sobre la reproducción, es que la luz es recogida por la glándula pineal, y sobre todo por los ojos, y, mediante las vías ópticas nerviosas, dicha estimulación es conducida hasta el hipotálamo, quien manda a los factores de liberación hacia la hipófisis anterior para que se liberen las hormonas que actuarán sobre las gónadas, que los ojos juegan un papel fundamental en la recepción del estímulo luminoso, y éste en la actividad sexual, se ha comprobado estudiando la respuesta negativa por parte de especies a las que se les ha vendado los ojos. De todo lo anterior no debe concluirse que la luz sea el único factor ambiental a tener en cuenta, ya que es evidente que la temperatura también influye; de hecho, cuando en primavera hay una oleada de frío, las especies retardan su actividad reproductora y, al contrario, si en invierno aumentan accidentalmente las temperaturas, muchos animales adelantan su celo.
a, la época reproductora coincide con el comienzo de las precipitaciones. Entre los factores de origen biológico que pueden actuar como estimulantes del comportamiento reproductor de muchos animales –excepto aves-, se encuentran los olores, las sustancias olorosas liberadas por uno u otro sexo estimulan determinados cambios fisiológicos que conducen al estado reproductor, y así, la mayoría de los mamíferos machos aprecian la posibilidad del estro en las hembras por los fuertes olores que en tal situación producen. Es de experiencia común que, en su ovulación, las perras emiten tales olores que rápidamente se movilizan los perros de su entorno y acuden hacia ellas. Determinación ambiental del sexo
Hay animales en los que, al nacer, el sexo está indeterminado, siendo el ambiente el que canaliza el sexo en uno u otro sentido. El ejemplo más típico es el de Bonellia: cuando la hembra va a desovar, se encamina hacia la superficie del agua, y allí abandona a los huevos a su suerte. Estos huevos dan origen a una larva que, nada más nacer, comienza a descender. Si en este descenso la larva se encuentra a una hembra de Bonellia, se aloja a sus trompas y se transforma en un macho parásito y sí, por el contrario, llega hasta el fondo, se desarrollan como hembras.
En el mundo vegetal también encontramos ejemplos similares, pero tal vez el más asombroso sea el de una begonia tropical que crece sobre las ramas de los árboles. Si la planta se desarrolla sobre una rama con luz, producirá flores masculinas; si por el contrario lo hace sobre una zona sombreada o cerca del suelo, dará flores femeninas. Si una planta se ha originado al sol y crece cerca del suelo, pierde las flores masculinas que había desarrollado y la sustituye por otros de sexo femenino.





1 comentarios:
ta buenardo, gracias me ayudo pa la tarea
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