Los peces

Los peces

Los peces son animales vertebrados adaptados a vivir totalmente en el agua, aunque hay excepciones: los llamados peces pulmonados, capaces de subsistir en charcas desecadas. En la vieja historia de la Tierra resulta difícil establecer el origen de los vertebrados, pero todos los datos fósiles indican que los peces aparecieron en la era Paleozoica y fueron los primeros vertebrados de nuestro planeta. Los primitivos peces carecían de mandíbulas, y sus representantes actuales son las lampreas. Una vez que en la evolución aparecen los peces mandibulados, se originarán dos grandes ramas según la naturaleza de su esqueleto interno: los llamados peces cartilaginosos (tiburones, rayas, quimeras) y los peces óseos (merluzas, salmones, carpas, sardinas, lucios, bacalaos, etc.)
Hoy día, los peces constituyen el grupo más numeroso de vertebrados, hecho que se ve facilitado, entre otras razones, porque la mayor parte de la Tierra está cubierto de agua y por la gran capacidad reproductora de esta fauna acuícola.

La mayoría de los peces realizan fecundación externa; es decir, cada sexo descarga sus respectivas células sexuales (óvulos o espermatozoides) en el agua, y allí suceden todos los fenómenos propios de la fecundación y el ulterior desarrollo. En las escasas especies en que la fecundación es interna, como en los tiburones, los machos modifican sus aletas y las transforman en órganos copuladores: así, las aletas de la pelvis adoptan la forma de abrochaderas, con las que sujeta a la hembra mientras deposita en su interior el semen. En algunos peces óseos, la aleta caudal se transforma en el llamado gonopodio, que funciona a modo de pene.

En muchas especies de peces, sobre todo tropicales, los ejemplares de ambos sexos, o de uno de ellos adoptan, en la época de la reproducción, una coloración más viva para actuar como reclamo sexual, aliciente que acentúan mediante la ejecución de ciertos movimientos por parte de uno de los componentes de la pareja, que resultan estimulantes y facilitan el desove. El número de huevos en cada puesta es muy variable de unas especies a otras, estando en función de la protección ulterior, y así, la cantidad de huevos es menor en los peces que custodian su puesta o la protegen en algún tipo de nido construido en los fondos o las orillas. Es bien conocido el gran número de huevos que produce el esturión: varios millones, y que constituyen el sabroso caviar. De entre los peces que cuidan sus huevos, las lampreas, el salmón o la trucha, por ejemplo, los entierran una vez fertilizados, mientras el caballito de mar los transporta sobre su cuerpo alojado en unos repliegues laterales a modo de bolsa, dentro de la cual se incuban. En general, tras la fecundación, el tiempo de incubación del embrión no suele ser muy largo, oscilando como norma de una a cinco semanas, si bien se dan casos de períodos más extensos. Los peces no suelen cuidar sus crías, pero si lo hacen, son los machos los encargados de dicha función.
Tanto en los peces cartilaginosos como en los óseos se dan casos de viviparismo, es decir, casos en los que el embrión se desarrolla dentro de la hembra gracias a que se produce un rudimento de placenta entre el llamado saco vitelino del embrión y la pared del tubo genital de la madre. Este anclaje facilita al embrión el paso de sustancias nutritivas hasta que alcanza su desarrollo y es expulsado al agua, donde comienza su crecimiento que le convertirá en adulto.
Por su interés en la industria de la alimentación, hoy día existen numerosas piscifactorías en diversos países, en las que se crían las especies más solicitadas por los consumidores, tales como truchas, barbos, etc. Para muchas de estas especies ya está perfectamente establecido su ciclo reproductor y las sustancias que pueden actuar sobre el mismo favoreciéndole (extractos hormonales, temperatura, luz, sustancias químicas), pero para otras, aún no se ha logrado conocer su ciclo y actuar sobre el mismo a fin de poder obtener artificialmente un mayor número de ejemplares, lo que no impide, sin embargo, que las investigaciones continúen hasta crear “granjas marinas” que resolverían en gran parte el problema del hombre.

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